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¿Tener o no tener?
Cuando estaba en Bangalore, en febrero de 2014, durante una visita al mercado de las flores, pude sacar esta fotografía de dos vendedores. Uno no tenía nada que vender, y el puesto del otro estaba lleno de flores. Uno no poseía nada… y el otro poseía mucho. Pero no puedo dejar de preguntarme: ¿y si hubiera venido el día siguiente, habría visto la misma escena? La situación habría podido ser exactamente a la inversa, no lo sabré nunca. El estado de nuestras posesiones siempre está en movimiento, a veces poseemos, y otras veces no. Compramos y vendemos. Recibimos y damos.
Lo que es cierto, es que no podemos confiar en nuestros haberes.
¿Podemos confiar en lo que somos? “Ser” también está vinculado con un movimiento, pero un movimiento interior: el movimiento de nuestro estado de conciencia. Ser no es sólo conocerse, saber quiénes somos. Es conocer nuestro potencial, nuestras cualidades, pero también nuestras sombras interiores, nuestras debilidades. Ser consciente nos permite retener las sombras y despertar el potencial. Este movimiento sólo depende de nosotros, de nuestra propia voluntad, nuestra libre elección.
El ser es la vía de la Libertad, y el Tener nos encadena a un movimiento que no podemos controlar porque nos hace esclavos de las circunstancias exteriores.
Hoy resulta muy difícil – sino imposible – renunciar a “tener”, pero podemos alcanzar un equilibrio, e intentar contentarnos sólo con lo que necesitamos: sin faltar de nada, pero no poseer demasiado. Tener lo necesario para Ser, para Ser libre, para ser uno mismo.
