Esta fotografía fue tomada en la pequeña ciudad de Szentendre, el pasado mes de octubre en Hungría. Los años separan a la mujer del niño, pero ¿qué significa realmente esta diferencia en años? No sé qué está haciendo la mujer con su teléfono móvil, pero cuando vi la foto después de tomarla, me di cuenta de por qué me atrajo esta escena. Tanto la mujer como el niño parecen estar inmersos en su propio mundo de deseos. El niño con el helado y el adulto con el teléfono. Ambos me ignoraron completamente, como ignoraron a las otras personas a su alrededor.

Me pregunto, ¿es sólo el objeto del deseo lo que cambia durante nuestra vida? ¿Es sólo el teléfono móvil el que sustituye al helado, o debería ser más que eso? ¿Será siempre el deseo de algún entretenimiento externo el motor que nos impulsa, o debemos aprender a sustituirlo por otra cosa… tal vez la Voluntad, tal vez la Necesidad, tal vez el Deber que tenemos hacia nosotros mismos, como ser humanos… y si es así, ¿cuál debería ser ese deber?

Esas son más preguntas que respuestas, pero creo que la filosofía comienza como el arte de hacer la pregunta correcta, porque si la pregunta es la correcta, entonces tal vez la respuesta reside dentro de nuestro propio corazón y sólo tenemos que cavar para descubrirla.