Las paredes que construimos en nuestra cabeza pueden ser más difíciles de destruir que las paredes físicas. No es posible derribar un prejuicio con un martillo, como una pared hecha de piedras. Un muro separa, y la separación trae sufrimiento y parcialidad, la separación es como dice en la filosofía budista «la más peligrosa de las ilusiones».

Esta foto me ilustra la fuerza de esos muros invisibles… hay una piedra. Una gran piedra pero UNA sola piedra. No una pared. Es fácil de atravesar, de caminar de un lado a otro de la piedra y de reunir a los dos grupos de personas que están en los lados opuestos de la piedra. Pero para ellos esta piedra actúa como un muro…. y es más simbólico cuando sabemos que la foto fue tomada en el valle del Jordán en Israel, cuando a la izquierda son jóvenes judíos, y a la derecha jóvenes árabes…. separados por un muro invisible.

Como escribió el cantante francés Patrick Bruel: «Cuántas lágrimas, cuántas máscaras, cuánta vergüenza….». ¿Cuántas paredes se esconden detrás de una pared que está cayendo?»