Ver todas esas cerraduras en un puente en Graz, Austria, me recordó una de las canciones de Joe Cocker: «Desencadena mi corazón». Esas cerraduras son colocadas en este puente por los amantes, como un bonito y romántico símbolo de apego, uno al otro. Quieren decir algo como «nuestro amor es tan fuerte que nuestro vínculo siempre permanecerá». Dos corazones…. encadenados el uno al otro.

Pero el puente está en peligro. Me dijeron que la municipalidad de Graz está considerando deshacerse de esas cerraduras, porque su peso combinado es tan pesado que el puente mismo está en peligro de derrumbarse. Así que tenemos aquí una oportunidad para mirar esas cerraduras desde otro ángulo: cuál es el propósito de un puente, si no es que hay que cruzarlo. A mi entender, la vida misma es como un puente; la atravesamos desde el nacimiento hasta la muerte, acumulando experiencias y, espero, algo de sabiduría. Al final llegamos a la otra orilla cuando hemos aprendido algo de la vida, luego llegamos a una tierra diferente.

Pero en esta perspectiva una cerradura en el puente sólo nos impediría seguir adelante, cumplir con el movimiento natural de la vida. No estoy diciendo, por supuesto, que el amor es algo que va en contra de la vida. Creo que la vida es, en cierto modo, una manifestación de amor (pero esto será desarrollado en otro post). Lo que importa, en mi opinión, es que el amor debe ser la motivación para seguir caminando, para estar siempre en movimiento. No es algo relacionado de ninguna manera con una cerradura. Un corazón debe ser libre, y el amor más grande es el amor por la vida misma. Ahora cuando amamos a alguien – y deseo que todos lo hagan – entonces toma a tu ser querido de la mano, y crucen juntos el puente. No te encierres en el medio..camina, corre, salta, haz esto juntos, con el mismo ritmo, pero siempre en movimiento hacia el otro extremo del puente.

Simplemente desbloquea tu corazón, desencadena tu corazón… y sé libre para amar y vivir.