Es fácil pensar que «Cuantos más, mejor». Es fácil porque es el mensaje consumista que nos rodea las 24 horas del día, los siete días de la semana.

Ten más….. más espacio en la nube de computadora, más vitaminas para la salud de tu cuerpo, más energía para tu computadora, tener más amigos en tu página de Facebook, comprar más, consumir más, y ser….. más feliz.

Estos hombres son ricos en valores humanos. Son parte de una fraternidad natural y emanan un fuerte sentido de Fraternidad.

No estoy diciendo que no les gustaría tener «más». Tener más no es algo malo en sí mismo. Pero no es suficiente. Y lo que es aún más importante, «tener más» no es la solución definitiva a la miseria.

La cuestión principal, en mi opinión, es que confundimos entre «ser» y «tener». La vida se trata de ser, no de tener. Nuestra identidad real y profunda no depende de lo que tenemos o lo que nos falta. Se basa en quiénes somos, en nuestro corazón y en nuestra capacidad de actuar como seres humanos y no como consumistas.

La comodidad material es una trampa, porque nos confina a la ilusión de que si avanzamos, si nos arriesgamos a abandonar nuestra tan llamada seguridad material, perderemos lo que hemos ganado. Así que, nos quedamos en una inercia artificial. Siempre hay un riesgo en la vida, y el miedo a perder nuestra comodidad nos está matando. El drama es que, al no aceptar el riesgo de estar vivos, perdemos el más preciado de todos los regalos: la oportunidad de compartir y experimentar, de descubrir, de innovar y de crear.

La fraternidad entre estos trabajadores en la fotografía no es falsa. No se trata de «noticias falsas». Creo que el hombre está naturalmente inclinado a la empatía y la generosidad, incluso si se nos dice que el egoísmo es un instinto natural y básico. ¿Es así? Pues bien, en este caso debemos luchar contra este instinto, porque despierta en nosotros al «animal» y no al humano.

Parece que hemos llegado a una encrucijada, donde tenemos que elegir entre la separación y la unión, entre la destrucción y la creatividad, entre el sentido de la vida como seres humanos, o una vida sin sentido, actuando como consumistas.

¿Qué elegiremos? ¿Sólo tener… o Ser?