Las culturas holísticas, como en Asia hoy en día – y las culturas tradicionales en general – comparten la comida de una manera más natural que los occidentales.

En los restaurantes coreanos, por ejemplo, se suele pedir un plato por mesa. La comida se cocina tradicionalmente en una placa calentadora situada en el centro de la mesa, y todos comen de la misma olla.

Compartir una comida es una buena manera de decir «pertenecemos a la misma…» -a la misma cultura, a la misma humanidad, y somos capaces de entendernos.

No es inusual en esas culturas, que a uno le ofrezcan una taza de té o café antes de hablar de negocios. De hecho, se le ofrecerá la oportunidad de compartir, demostrando así que está abierto a la comunicación, como requisito previo para cualquier discusión posterior.

Compartir se trata de establecer vínculos. A veces estos vínculos pueden trascender los límites de la humanidad… como en la imagen de arriba, donde el hombre está compartiendo la comida con un pájaro. Después de todo, todos somos seres vivos y compartimos el mismo mundo, el mismo planeta.